El uso del biberón es una parte importante de los primeros años de vida de los niños, especialmente cuando se trata de alimentar a los bebés con leche materna o fórmula. Sin embargo, como todo proceso en el desarrollo infantil, llega un momento en que este accesorio debe ser dejado atrás para hacer paso a otros métodos de alimentación más adecuados a medida que los niños crecen.
La pregunta de cuándo deben dejar el biberón es común entre los padres, ya que es un tema que involucra tanto aspectos físicos como emocionales. En este artículo Clémentine & Bastièn, te dará recomendaciones de expertos, los riesgos de prolongar el uso del biberón y algunas pautas para realizar esta transición de manera efectiva.
La etapa del biberón: su importancia
Durante los primeros meses de vida, el biberón juega un papel crucial en la nutrición del bebé, ya sea para alimentar con leche materna extraída o fórmula. Es una herramienta funcional que, en muchos casos, ayuda a las madres a retornar a sus actividades cotidianas sin interrumpir el proceso de lactancia. No obstante, a medida que el niño se desarrolla, el uso del biberón debe adaptarse a sus nuevas necesidades.
¿A qué edad debería dejarse el biberón?
La mayoría de los pediatras y especialistas en desarrollo infantil coinciden en que los niños deberían dejar el biberón alrededor de los 12 a 18 meses. Este rango de edad es ideal, ya que marca una etapa en la que los niños ya han comenzado a comer alimentos sólidos de manera más regular y, por lo tanto, no dependen tanto del biberón para su nutrición.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y luego continuar con lactancia materna complementada con alimentos sólidos hasta los 2 años o más. Sin embargo, la transición del biberón es algo diferente. A esta edad, los niños ya tienen la capacidad de usar una taza, un vaso con boquilla o incluso un vaso abierto, lo que favorece el desarrollo de habilidades motoras y de coordinación.
Los riesgos de mantener el biberón por más tiempo
Aunque el biberón es esencial en los primeros años de vida, cuando se prolonga su uso más allá de los 18 meses, pueden surgir varios problemas tanto a nivel físico como emocional:
✓ Problemas dentales: Uno de los riesgos más importantes de dejar el biberón más allá de lo necesario es el daño a los dientes del niño. El uso prolongado del biberón, especialmente si se les permite dormir con él, puede aumentar el riesgo de caries dentales. La leche, incluso la materna, contiene azúcar natural (lactosa) que, si permanece en contacto con los dientes durante mucho tiempo, puede descomponer el esmalte dental y causar caries. El riesgo es mayor cuando se utiliza el biberón con jugos, que contienen azúcares añadidos.
✓ Dependencia emocional: El biberón puede convertirse en una fuente de consuelo para los niños, especialmente durante la noche. Si el uso del biberón se extiende más allá de lo necesario, el niño podría desarrollar una dependencia emocional hacia él, lo que puede dificultar la transición hacia otros métodos de alimentación y sueño. Es importante fomentar la independencia emocional del niño, y esto incluye el desapego del biberón.
✓ Desarrollo del habla: El uso del biberón durante un período prolongado también puede interferir con el desarrollo del habla. El bebé necesita practicar habilidades orales que se mejoran con el uso de una taza o vaso. Al usar el biberón, el niño puede no estar desarrollando adecuadamente la musculatura oral necesaria para hablar con claridad.
✓ Riesgo de obesidad: El uso continuado del biberón con leche o jugos también puede aumentar el riesgo de sobrealimentación. Los niños que dependen del biberón pueden beber más de lo que necesitan, lo que podría contribuir al sobrepeso o la obesidad infantil.
Señales de que el niño está listo para dejar el biberón
Cada niño es único y, aunque existen pautas generales, es importante observar el desarrollo individual del niño para saber cuándo está listo para hacer la transición del biberón. Algunas señales que indican que el niño está preparado para dejar el biberón son:
✓ Desinterés por el biberón: Si el niño muestra menos interés por el biberón y prefiere beber de una taza o vaso, es una señal clara de que ya está preparado para hacer el cambio.
✓ Habilidades motrices: Si el niño ya puede sostener una taza o vaso sin derramar el contenido y beber de manera autónoma, es un buen momento para iniciar la transición.
✓ Comer alimentos sólidos con regularidad: Cuando el niño está comiendo una variedad de alimentos sólidos y recibiendo nutrientes adecuados a través de la comida, ya no depende tanto de la leche en biberón.
✓ Interacción social: En algunos casos, los niños empiezan a mostrar interés por ver a sus padres o hermanos mayores beber de una taza. Esto indica que están listos para imitar este comportamiento.
¿Cómo hacer la transición?
Dejar el biberón no tiene por qué ser un proceso traumático. Con un enfoque gradual y positivo, la transición puede ser relativamente fácil tanto para el niño como para los padres. Aquí algunos consejos prácticos para hacer el cambio:
✓ Hazlo de forma gradual: En lugar de eliminar el biberón de una sola vez, es recomendable reducir gradualmente las veces que se ofrece el biberón. Por ejemplo, reemplaza el biberón de la tarde con una taza, y luego el de la mañana, hasta que el niño ya no necesite el biberón en absoluto.
✓ Introduce una taza o vaso: Prueba diferentes tipos de tazas o vasos con boquilla para que el niño se sienta cómodo con el nuevo método. Asegúrate de que la transición no sea forzada y hazla en un ambiente relajado.
✓ Sé constante: La consistencia es clave para que el niño se acostumbre a la nueva rutina. Si le ofreces el biberón después de haber decidido que es hora de dejarlo, confundirás al niño y dificultarás el proceso.
✓ Refuerza positivamente: Celebra cada pequeño éxito de tu hijo al usar la taza en lugar del biberón. El refuerzo positivo, como elogios o pequeños premios, puede motivar al niño a adaptarse rápidamente.
✓ Mantén la calma: La transición puede ser un desafío, y es importante mantener la calma. Algunos niños pueden mostrar resistencia, pero con paciencia, eventualmente aceptarán el cambio.
El momento adecuado para que un niño deje el biberón varía, pero los expertos coinciden en que entre los 12 y 18 meses es un rango de edad ideal para hacer esta transición. Dejar el biberón a tiempo no solo evita problemas dentales y emocionales, sino que también promueve un desarrollo adecuado de las habilidades motoras y del habla. Siguiendo un enfoque gradual y positivo, los padres pueden facilitar esta etapa en el crecimiento de sus hijos, fomentando su independencia y bienestar a largo plazo.
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